jueves, 22 de septiembre de 2011

image

El otro día me vi Cowboys & Aliens (lo mío sí que son huevos y no lo de José Tomás). Lo digo porque ya intuía yo que me iba a parecer un bodrio soporífero aceptable solamente si la consumes acompañada de porros y cerveza (por desgracia no fue mi caso).

La idea de mezclar dos géneros como el oeste y los aliens es cuando menos exótica y si se hace de forma cuidada puede llegar a dar un fruto interesante. Necesitaríamos para ello un gran montaje, un guión potente y un personaje o dos de esos que calan en el público, como en su día logro el Capitán Jack Sparrow, por ejemplo.

¿Cuántos ingredientes de esos tiene Cowboys & Aliens?, los podemos contar con los dedos de un muñón.

Daniel Craig no me convence a pesar de ser un actor que suele dar la talla. Harrison Ford participó porque Spielberg estaba en el proyecto. Y en cuanto a Olivia Wilde…  si le arrancan sus preciosos ojos y los ponen en pantalla el resultado es el mismo porque ni su personaje ni su interpretación merecen más que este cruel comentario.

El guión está cargado de clichés tanto del western como del cine de marcianitos: cacique del pueblo, niño mimado, malo misterioso, abducciones, niño…

Lo de los aliens es de traca, yo entiendo que es difícil que una panda de indios y vaqueros armados con lanzas y un revolver venzan a unos seres que han dado con la tecnología para viajar por el espacio pero coño…

Lo único positivo, que el director no es Michael Bay, en sus manos esta película habría provocado revueltas sangrientas en el mundo del celuloide.

En fin, el principal culpable de esta crítica: un servidor por verse este aborto de película aún a sabiendas de lo que iba a pasar.

Os acompaño en el sentimiento a los que habéis pagado por verla.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

image

Escucho: no la entendí.

A ese comentario responden: si no la entendiste mal director.

Al rato afirmo: es una película inmensamente compleja.

Me reprueban y me contestan: no es compleja, es pretenciosa y eso me da vergüenza ajena por infantil y ridículo, las cosas importantes se han  de contar de forma sencilla.

Más tarde defiendo mi punto de vista: simplemente es que es un cine pionero al que no estamos acostumbrados y para nada  lo percibo como pretencioso, más bien como generoso.

No me contestan más, al menos de momento.

Un trabajo monumental, prodigioso e inabarcable, se perciben horas de trabajo en cada plano. Un regalo imperecedero para el alma.

La descripción de esa parte hermosa y terrorífica de la vida, a la que llamamos infancia es tan precisa que duele. No es pretenciosa por que no juzga,  sólo sugiere, y lo hace desde el primer plano.

Hay dos caminos que puedes seguir en la vida, el de la naturaleza o el de lo divino, la eterna colisión entre los caminos es la fuente de nuestras dudas y temores, la película gira en torno a esas dudas constantemente.

La naturaleza representada por un Brad Pitt en estado de gracia, se torna tan cruel y ambiciosa como hermosa y peligrosa. Lo divino encarnado por la indescifrable Jessica Chastain, es la bondad y espiritualidad, la comprensión y la tolerancia.

Dos caminos simbiontes que se nos antojan vivos, reales y sangrantes. De esa simbiosidad nace el horror y la belleza, el amor y la decepción, el todo, la vida.

El árbol y sus raíces condicionarán para siempre el devenir de sus frutos (los hijos). Es aquí donde nos vemos representados, donde Malick consigue transformar la espiritualidad en carnalidad, donde el genio emerge al fin para firmar una obra grandiosa e irrepetible.

Paralelamente a este conflicto terreno-espiritual, el director nos describe la creación del mundo y el nacimiento de la vida, pero nada resulta aquí gratuito ni superficial, todo se antoja poético, con un ritmo armonioso.

Es en la redención final donde sobreviene el desconcierto. Si Malick nos guía en la experiencia durante todo el metraje, en los minutos finales nos abre las puertas y ventanas de par en par y nos tiende un puente a nuestros pies a modo de invitación, para que seamos nosotros los que decidimos si lo cruzamos o no.

Algunos lo acusan de pedante, de ambicioso o de pelmazo, pero yo prefiero pensar que hay algunos seres (no muchos) que por fortuna han venido a este  mundo no sólo a habitarlo, sino también a explicárnoslo y a guiarnos por él. Unos se convierten en arqueólogos, biólogos, químicos, médicos o intérpretes de lenguajes minoritarios. Otros lo hacen con un bolígrafo, máquina de escribir u ordenador, de entre todos ellos hay uno que es muy especial, se llama Terrence Malick y en ocasiones se convierte en director de cine.

Un abrazo.

viernes, 16 de septiembre de 2011

image

Desconozco si lo que pretende el director manchego es crear una obra de culto, de las que se aprecian con los años, lo que tengo algo más claro es lo fuera de la realidad que se encuentran él, y todo su séquito de pelotas académicos que le acompañan.

Y es que todo es un sinsentido esperpéntico en su último trabajo. Cuesta imaginar que sea el mismo director de "Volver" o "Hable con ella", auténticas obras cumbre en su dilatada carrera.

A unos secundarios insulsos y olvidables al minuto, se le une Banderas, que vuelve a demostrar aquí sus incapacidades interpretativas, todo lo que tiene  de majo lo tiene de mal actor. Solo Elena Anaya nos mantiene despiertos durante la proyección pero sin pasarse, simplemente destaca.

Encasillaré para mi esta película en el género de comedia estrafalaria, aunque por ahí he leído que Almodóvar pretende dar miedo, es patética y una gilipollez en todo caso.

Lástima, porque este tío sabe dónde poner la cámara, crear planos primorosos no le es dificultoso, y su talento se aprecia aún en birrias como esta. Su clase escapa a toda duda.

Hasta otra.

martes, 6 de septiembre de 2011

image

Siguiendo con mi afición a la novela negra escandinava, hoy le toca el turno a un autor finlandés, Torsten Petterson, que pese a ser un autor bastante prolífico, debuta en el género con “Dame tus ojos”.

La novela nos cuenta los terribles sucesos acontecidos en la pequeña localidad finlandesa de Forshälla, donde aparecen varios cadáveres mutilados. El comisario Lindmark será el responsable de  dirigir el equipo encargado de la investigación.

Los ingredientes de la novela no tienen nada novedoso, varios asesinatos, un asesino aparentemente muy inteligente, un grupo de investigadores en busca del responsable y un policía con problemas personales al frente de la investigación.

En lo que encontramos ciertos aspectos diferenciadores es en el estilo narrativo. No se trata este de un libro lineal, en el sentido en que no está todo él narrado en primera o tercera persona, sino que en cada capítulo conocemos detalles de la historia a través de diferentes personajes, y en algún caso se nos narra la historia como si de una obra de teatro se tratase, con el nombre del personaje en letras mayúsculas y a continución su texto.

He de decir que en un principio este estilo no me agradó en absoluto, más bien me pareció algo pesado pero con el paso de los capítulos y según avanzaba la trama me fui acostrumbrando y al fínal puede que incluso lo agradeciese.

En cuanto a la trama no es nada del otro mundo, no rebosa originalidad en los crímenes, algo que se ha convertido en la seña de identidad de John Verdon (del que ya hemos hablado en posts anteriores).

Aún así, la novela cumple con su papel que no es otro que el de la mayoría de obras de novela negra, entretener sin muchos artificios mediante una lectura fácil.

Monsters

Antes de nada he de decir que mi crítica a esta película la escribí hace unos meses pero era tan demoledora que decidí no publicarla hasta pensármelo dos veces. Hoy, no voy a ser tan duro como entonces (aunque no lo parezca).

Éxito en Sitges y Toronto,esta película podría haber sido algo decente en manos de un director que afrontase el reto de otra forma.  A algunos críticos les recuerda a M. Night Shyamalan, ni mucho menos señores, aún sin ser yo un admirador del director de origen indio, no le niego ciertas virtudes y de haber cogido esta historia tampoco habría hecho una gran película pero nos hubiese dejado para el recuerdo alguna escena inolvidable… o un tráiler cojonudo.

Como atenuante diremos que la película fue rodada casi sin medios, viajando con el mínimo equipo necesario y usando como actores de reparto a las gentes de los pueblos por los que se movían.

La historia es, se encuentra vida allá por el sistema solar y se envía una sonda a recoger muestras. La sonda se estrella en México y el país se infecta de bichejos malotes por lo que se decreta un zona de cuarentena. En esa zona trabaja un reportero gráfico que recibe la orden de sacar de la zona de cuarentena a la hija del dueño de la agencia donde trabaja.

A partir de ahí tenemos a dos personas intentando atravesar una basta zona llena de extraterrestres, lo que podía haber desembocado en una aventura de acción o una historia de romance. Poco de lo uno y poco de lo otro. No hay profundidad de los personajes, no basta con que nos cuenten su historia personal con cara de pena.

Mejor habría hecho su director en seguir el consejo de J.J. Abrams, ese de que un monstruo no debe enseñarse al principio, sino que se debe sólo sugerir al menos durante una buena parte del metraje para mantener la expectativa del espectador ante algo desconocido. Con ese planteamiento se habría logrado algo más potable.

Aquellos que la consideran una denuncia a la condición humana, de nuestro egoísmo y nuestra tendencia a la violencia se contentan con poca cosa.

Sus poco más de 90 minutos se me hicieron largos.

image

Se agradece a "Super 8" la intención y el cariño que desprende para con la generación de los 70, su deseo de volver a meternos en un cine, para quitarnos unos 20 o 25 años de encima, y de que salgamos entre risueños y emocionados, olvidándonos durante 1 hora y media de nuestros complejos presentes, tal y como lo hicimos después de haber presenciado esos clásicos de Spielberg o Lucas.

El tono de imagen, ese tan característico negro azulado está presente durante casi todo el metraje de este pasajero divertimento, es resultón, me vienen a la cabeza" E.T"," Aliens el regreso" o "Encuentros en la tercera fase". Pero se queda en eso, un divertimento o mejor dicho un pasatiempo o jugarreta de dos señores con un talento descomunal para hacer soñar a generaciones enteras (sobre todo uno de ellos).

Tiene "Super 8" cierto encanto, le falta la inocencia de sus homenajeadas, por momentos me resulta fría, no me meto en la piel de ninguno de esos jóvenes (y no es cuestión de mi edad, lo prometo). Sales con la sensación de que podía haber sido grande, y de que no se instalará en el recuerdo de ningún treintañero pasado poco tiempo.

A pesar de no colmar posee un par de escenas memorables, que ponen de manifiesto la verdadera talla de Abrams, todo una pleitesía al cine, ese tan sutil y hermoso con el que apenas nos topamos unas pocas veces en la vida (a la primera escena de la joven protagonista delante de sus jóvenes directores me refiero).

Demasiado poco para tanto talento presupuesto, con escena final metida a calzador. Tal vez un trazado más profundo de los jovencitos, y del modo en que se relacionan entre si, en una edad en que las cosas empiezan a importar, le hubieran dado mas empaque, same same "Cuenta conmigo" (1986) pasable, se deja ver.

jueves, 1 de septiembre de 2011

super-8-pelicula-cartel-poster

Super 8, lo nuevo de J.J. Abrams en colaboración con Steven Spielberg empieza bastante bien. Se nos presentan unos ingredientes interesantes, como cuando vemos a un cocinero en televisión preparando una receta.

En esos ingredientes vemos ya, no se si la mano de Spielberg directamente, o unos cuantos guiños del director a su idolatrado mentor. A saber, un grupo de niños soñadores, familias desestructuradas (que tanto acostumbra a mostrarnos el rey Midas de Hollywood), el ejercito estadounidense malo “maloso”… acompañado todo lo anterior de un alienígena.

Con estos ingredientes, no podemos dejar de pensar en películas del género, por llamarlo de alguna manera, Los Goonies, E.T., Los exploradores (Joe Dante 1985, que algunos de más de treinta recordarán), en resumen, peli de amiguetes que viven aventuras fantásticas y que allá por los años 80 encandilaban a los niños, y no tan niños, de la época. Y la elección temporal de la cinta, finales de los 70, es un claro de intento de ir por ese camino, una época sin ordenadores, ni videoconsolas con la imaginación infantil como principal arma contra el aburrimiento estival.

Pues se nos quedan cortos nuestros dos queridos cineastas en el propósito. Las aventuras de los muchachos se quedan en aventurillas, no quedará para el recuerdo ni una sólo escena memorable, y los personajes no son lo suficientemente buenos como para pasar a la historia del género, no hay un Gordi y un Slot vamos.

La película va decayendo según pasan los minutos debatiéndose entre una cinta familiar plagada de gags típicos y una de ciencia ficción  al más puro estilo de cuarentena alienígena. Gana la segunda opción pero sin llegar a conseguir el efecto deseado, lo que nos deja un film perfectamente olvidable que no cumple las expectativas creadas.

 

Copyright 2007 ID Media Inc, All Right Reserved. Crafted by Nurudin Jauhari