sábado, 26 de junio de 2010

Pues sí, qué cojones, cuanta más tengamos mejor. ¿Por qué?, porque estoy de mala ostia.

Os cuento: hoy me ha dado por comprarme un juego de ordenador después de mucho tiempo sin jugar. Me pillé uno que ya tenía 5 años porque suelen estar de oferta y no me gasto mucho. Llego a casa a instalarlo, lo intento. Después de 5 minutos consigo lanzar el “setup” y lo instalo. Una vez finalizado voy a jugar y… error. Vaya!. Analizamos el problema y claro, es un juego de algunos años y yo tengo Windows 7.

No pasa nada, tengo 3 ordenadores, el nuevo, el portátil con Windows Vista y el viejo con Windows XP. Según el manual el juego funciona en Vista y XP y ambos ordenadores cumplen los requerimientos mínimos.

Nos vamos al portátil con Vista. Nos pasa lo mismo. Según el solucionador de problemas algo pasa con el administrador, que soy yo pero bueno.

Lo intentamos en el viejo. Los mismos problemas para acceder al proceso de instalación, pero como ya no me coge por sorpresa lo salvo sin muchos agobios. Una vez instalado no funciona.

Solución, servicio técnico. Creamos un fichero de información con todos los datos que tenemos que enviar mediante la web del fabricante cuyo enlace nos indican.

Pues bien, vamos al enlace y como no, está en alemán, no hay opciones en castellano, y la opción en inglés nos reconduce a la web sólo para clientes de EE.UU.

Más opciones, ir a la tienda a que nos manden a la mierda porque el juego está en condiciones y funciona. Llamar por teléfono y vete tú a saber cuánto te cuesta la llamada para que no te ayuden en nada (si es que aún siguen trabajando ahi).

Pero tenemos otra solución, bajarme el juego a ver si así consigo que funcione.

Voy a optar por la tercera opción, y si algún pez gordo de la industria de los videojuegos se molesta, que me lo diga y le mando una copia del tiket de compra, que yo ya he pagado por un producto que no funciona, pero la propiedad intelectual del autor ya ha sido debida y económicamente satisfecha.

Y eso es en definitiva… lo que de verdad me toca los cojones.

domingo, 20 de junio de 2010

Si miramos la parrilla televisiva en las últimas fechas podremos encontrar un fenómeno que parece haberse puesto de moda, los programas de ricos.

En este tipo de programas vemos como viven los miembros de las clases pudientes. Nos enseñan sus supercasas, sus supercoches, sus mascotas…

Son formatos adaptados de otros países (se me viene a la cabeza el famoso programa de EE.UU. donde enseñaban las casas de los famosos) pero con la fauna patria, lo que no me queda claro si pretende ser más auténtico o más patético.

Con estos programas me viene una pregunta a la cabeza. ¿Ya estaba programada su emisión desde hace tiempo o han esperado a que haya una crisis económica para que el resto de curritos (los que tienen la suerte de mantener trabajo) nos quedemos embobados soñando con lo que nunca tendremos?.

Porque sinceramente, me parece de muy mal gusto bombardear los informativos con lo mal que está la situación, que si vamos a peor, que si 4,5 millones de parados, bajada de sueldos, congelación de pensiones, huelga general… para pasar en una hora o dos a “Mujeres ricas”. Muy buen gusto sí señor.

Propongo que ampliemos esta política a hospitales. Que tenemos un paralítico ingresado, pues le ponemos un video de deportes, gente corriendo, ofertas de vacaciones de aventura… Que regentamos una clínica para anoréxicas, fotos de Kate Moss por todas partes y desfiles de la semana de la moda de Milán las 24 horas. Que se jodan las niñas.

Espera, espera. A lo mejor no he pillado mal. A lo mejor lo que hacen es sacar a gente rica para que nos riamos de ella y pensemos que bueno, que somos pobres pero no somos tan patéticos como los superpijos de la tele, insulsos y artificiales. En fin, si eso fuera así llegaríamos a la misma conclusión: las televisiones son unas hijas de puta.

Si recordáis mi post sobre la MTV, creo que aún nos falta para llegar a sus niveles pero nos estamos esforzando por conseguirlo.

 

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